Corría el año 92, y como os habéis encargado vosotros mismos en comentar... mi aspecto era... como lo podría decir... inmenso... pero bueno.. sea como sea (que no osseeeeeeaaa) debuté profesionalmente y de manera remunerada en el mundo del periodismo. Fueron 60 días de intenso trabajo en el 'Diari Oficial dels Jocs' a 75 mil mensuales (sueldo de becario que costó cobrar). Allí coincidí con grandes profesionales y, como no, con grandes vividores, una especie que nunca se extinguirá y que en el mundo de la comunicación es bastante común. Entre los primeros (los 'currantes'), se encontraba un experimentado fotógrafo que me lanzó la siguiente sentencia: "Uno no puede considerarse periodista deportivo hasta que no haya cubierto por lo menos unos JJOO, un mundial de fútbol y un Tour de Francia". A pesar que con el tiempo me han ido apartando de la senda deportiva, 2 de esas premisas ya las he cumplido. Bueno, menos rollos, el caso es que como en aquella época, servidor era un 'matao' por si fuera poco trabajaba por las tardes de voluntario olímpico de prensa en las pruebas de Boxeo que se celebraban en el Pavelló del Joventut de Badalona (el viejo pabellón). Allí pasé grandes horas contemplando los combates de pipiolos como el americano Oscar de la Hoya, que acabaría siendo campeón del mundo en su carrera profesional, o del veterano Félix Sabon, cubano guantanameño cuya mayor aspiración era derrotar a un 'yankee' en el cuadrilátero. También fuí testigo de la medalla de plata (el mayor éxito de un púgil español en unos Juegos Olímpicos) de Faustino Reyes en peso pluma. En Badalona coincidí también con visitantes ilustres, como lo prueba esta foto, que hoy acompaña esta segunda entrega de mis experiencias olímpicas.
El tipo con aspecto de superpesado soy yo y el otro, peso welter, era Pernell 'Sweet Pea' Whitaker, el estadounidense que le partió las costillas a Poli Díaz , acabó devolviéndole a la realidad y condenó al 'Potro de Vallecas' a vagar eternamente por el mundo del 'porno' y del 'caballo'. 5 años después de esta foto, Whitaker, el hombre invicto que había derrotado entre otros a mi ídolo, el mexicano Julio César Chávez (a quien descubrí en esas interminables madrugadas de boxeo por Tele 5 en las que todos queríamos ver a Tyson), se enfrentaba a un jovencito apodado el 'Chico de Oro'. Fue uno de esos combates bautizados como del siglo, y al final se dirimió a los puntos en favor del aspirante. La velada se celebró (no podía ser en otro sitio) en Las Vegas. Obviamente yo no estuve allí pero los dos rivales me eran conocidos. El nuevo campeón.... fue ni más ni menos que Oscar de la Hoya.
3 comentarios:
Viva "LA ESPUMA DE LA VIDA"
IMPAGABLE!!!!!!!
GERAR.
Si te pareces al Almodovar, cabrón!
B&B (besos y birras)
Antes ya se ve, pero ahora, me pregunto ¿dónde metes tanta información?. Eres una biblioteca viva... y tambien, en ocasiones vividora.
Buscandobuenaslecturas68
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