Muchas veces la vida te permite ciertas licencias, llaménle casualidades, que un día desempolvas al leer en los periódicos una noticia o un obituario /necrológica, como ha sido el caso. Hace 4 años, y aprovechando la disputa de un partido de Foootball en Reus ante los 'innombrables' Imperials, decidimos aprovechar el fin de semana haciendo turismo por Tarragona. Hete aquí que hasta allí nos desplazamos servidor, sra y el amigo Félix con su respectiva. El día del partido, un domingo de febrero, se nos unió mi brother no carnal, Quim con su Lore y el vástago Samuel. Del encuentro, mejor no hablar, perdimos y encima me lesioné levemente, así que para celebrarlo, las 3 parejas acudimos a un céntrico y tradicional restaurante de Reus de cuyo nombre no puedo acordarme. Muy cerca de nuestra mesa, una gran familia celebraba un evento especial, un cumpleaños, y la homenajeada era una entrañable anciana, que brindaba copa de cava en ristre, abrazándose a sus hijas, nietos, bisnietos, etc. La adorable mujer, muy simpática ella, rebosaba vitalidad y eso que acababa de cumplir los 108 años. Dos años más tarde, sentado en el sofá de mi casa de Valencia, me dio por encender la caja tonta y topeté con un reportaje sobre una señora anciana, que prácticamente se valía por si misma y que contaba con la friolera de 110 años. Efectivamente era ella. Hace 5 días, volvimos a coincidir, cuando leí la noticia de su fallecimiento. Se llamaba Teresa Dosaigües Abelló, ya tenía los 112, y era oficialmente la 'abuela de España'. Nos dejó durmiendo. Descanse en paz.
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