martes, 18 de enero de 2011

Por la señal de la Santa Cruz


Sin pedirlo ni rogarlo se ha metido en mi casa y ha sometido a los míos. No me refiero a ningún espíritu demoníaco que requiera la presencia del padre Carrack sino a la Gripe, a esa innombrable enfermedad que aprecias tanto como a tu tía más lejana, por eso, porque es lejana y ni puñetera gracia que venga a visitarte. Total que estoy encomendándome a todo Cristo para evitar que sea el tercero en sufrir los síntomas y padecer las consecuencias de ese extraño virus que puebla los rincones de mi hogar. De momento sobrevivo pero por si acaso, y como toda protección es poca, después de ver este reclamo publicitario por las calles de Valencia, he decidido llevarlo conmigo por si el domingo fuera necesaria una visita.... Dios ni nadie no lo quiera!. Amén!

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