Este sábado que hemos dejado atrás tocaba triple celebración familiar (por la parte política). Tres cumpleaños celebrados como es debido, en casa, todos juntos y ante buenos y grandes yantares. Para esta ocasión, los homenajeados (como es tradición, sufragaban los alimentos que ibamos a engullir) eligieron un poco de marisquito y unos cochinillos (2) que cocinamos al estilo segoviano en el horno moruno de La Fuencisla, apartado gastronómico del complejo de Los Madroños (en Penàguila, dónde si no?).
No fotografié a los lechones la noche previa porque reconozco que los dos animalillos dieronme cierta pena. Pero como ya estaban sacrificados y algo había que hacer con ellos, que mejor que comerlos, no? Ciertamente estaban crujientes y servidor se inclinó por dar buena cuenta de la cabeza, provocando seguramente una incómoda digestión a quienes me rodeaban, pero qué le vamos a hacer, a mí me gustan los ojos, lengua, sesos, vísceras, entresijos y demás... En fin qué les voy a contar que no puedan ustedes deducir de las fotografías que acompañan a este post / reportaje. Hasta otra amigos!
4 comentarios:
Felicidades a los premiados. Que ricos estaban!!!
Fotris , ya me imagino como os pusisteissss ¡¡¡¡¡ sldos a todoss¡¡
Silvia
guay el relato, guay las fotos jeje!! menuda pinta el cochino!
Babeo, babeo, babeo...... la última vez que comí cochinillo fue en Burgos, a los pies de la catedral. Que jambre!!
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