
No me gustan los toros pero tampoco me gustan las prohibiciones. Pienso que el Parlament de Catalunya ha sido valiente en tratar un tema como el de la mal llamada 'Fiesta Nacional' (todo el mundo sabe que en este país la única fiesta es ir al bar) pero a su vez la decisión está envuelta de hipocresía y oportunismo. Allá ellos. En mi modesta opinión creo que a la población catalana (que en todo caso es a quien afecta la resolución) debería estar más preocupada por los mamoneos y las corruptelas destapadas por el 'Caso Millet' que por el futuro de las reses bravas. Pero ya sabemos que en este país de pandereta, castañuela, bailarina y toro, nos va más la tontería que otra cosa. En fin, en mi caso, como catalán residente en Valencia, si quisiera ir a los toros no tendría problema... pero no lo voy a hacer, ya he dicho que nunca me ha atraido este espectáculo (por llamarlo de alguna manera). Aún así, una vez asistí a una corrida (de toros).

Fue justo hace 8 años, en junio de 2002, durante les 'Fogueres' d'Alacant, cuando (ironías de la vida) vivía en la calle d'En Bou (del toro). España acababa de ser eliminada del Mundial de Corea de manera totalmente injusta. El partido (cosas de la diferencia horaria) se emitió a primera hora y una vez acabada la 'desfeta' decidí desfogarme rumbo Sur. Ya en Alicante y después de la consiguiente 'mascletà' fogueril atacamos un arrocito a banda al que siguieron los consiguientes gin-tonics. En esas estando, alguien sugirió ir a los toros. Como en esta vida hay que probarlo todo (o casi todo) allí fuimos un grupo encabezado por el amigo Jamalajam y otros entes que no aparecen en la foto. Tengo que decir que lo mejor de la tarde fue el ambiente 'friki' que se respira en el tendido, los caliqueños, las botas de vino, el rancio abolengo, etc, etc.... De lo acontecido sobre el albero, poco que contar, mi bautizo de fuego con el mundo taurino resultó ser un espectáculo incruento porque la primera res 'palmó' de un ataque al corazón, delante del maestro Enrique Ponce, que no sabía como reaccionar. Los más viejos del lugar decían que no habían visto nada igual en su vida y hete aquí que un novato como yo se estrenaba así con su primer toro. El resto de la jornada pues ni fu ni fa, no me gustó pero tampoco sufrí cuando mataban al astado, como tampoco pienso en como engordan al pato cuando me como el foie, ni como matan al cerdo, ni al cordero.... Eso sí, cuando a la salida de la plaza hice la foto que encabeza este post, casi me descabella un mozo... si ya lo digo yo... del tema de los cuernos, mejor mantenerse alejado, a menos que seas vikingo. Sköl!