martes, 5 de julio de 2011

Adios a un periodista de raza


Cuando conocí a Emili Gisbert, a finales de los 90...él ya era un periodista consagrado, de los de la vieja escuela, que estaba de vuelta de todo... yo sólo era un aprendiz más, de los muchos que convivimos con él en largas jornadas de espera en juzgados o a las puertas de comisarías o escenarios de algún que otro crimen... Emili era el más veterano, en un grupo de mozalbetes que en algunos casos acababan de estrenar la veintena y en otros rondábamos la treintena. Trabajábamos en medios diferentes pero coincidíamos bastante... es lo que tenía la crónica de sucesos, en la que yo debutaba y él... él ni se sabe cuanto tiempo hacía que la desempeñaba. De aquella época, además del trabajo, recuerdo numerosas comidas compartiendo mesa con cargos policiales y demás compañeros del gremio... A él le gustaba alargarlas.... sin duda porque sabía que a la hora de las copas era donde se obtenían las mejores informaciones y a veces casi exclusivas, sobretodo si alguno había abandonado la mesa antes. El destino hizo que durante un tiempo viviera en la casa que dejó libre una amiga que partió a hacer las Inglaterras. Eso nos daba un pequeño nexo más en común... Después, me fui apartando de la calle y de los sucesos... a él le fueron retirando las diferentes enfermedades. La última vez que lo vi, hace unos 3 años, estaba postrado ya en una silla de ruedas pero mantenía a pesar de todo ese porte de la vieja escuela. Hoy me he desayunado con la noticia de su muerte... y su obituario estaba presente en todos los periódicos independientemente que hubiera o no trabajado en ellos. Sin duda nos ha dejado un maestro, un tipo entrañable... Adéu Emili!

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