lunes, 14 de abril de 2008

La despedida del 'pitufo gruñón'

Sigo sin explicarme porqué, pero resulta que a la gente le da por casarse, desechando los consejos de los más sabios y avezados en la materia. Servidor, que también sabe algo del tema, es de los que no hace ascos a estas ceremonias pues de todos es sabido como suele aprovecharlas. El caso es que la vicaría espera en breve a nuestro querido y díscolo Aitor, ese pequeño gran miembro discordante de la familia Giants. Como es habitual en estos casos a la boda le precede la despedida, así que para tal efecto nos reunimos el sábado en una maratoniana y completísima doble sesión. Ser puntual ante una cita en Valencia, denota desconocimiento del medio, ser puntual ante esta cita era un atrevimiento, y si además la organizaba un tal Basurto, para más inri, el Capi, pues ya estamos hablando de una temeridad. Lo dicho, con una hora de retraso y con la asistencia de los más jóvenes, de algún veterano, de ilustres invitados, del novio y su familia, de la delegación murciana, del trío mex y de los Basur brothers, la comitiva inició su camino a la población de Gilet donde, en el bar acordado (donde nadie había reservado nada -la organización es lo que tiene) finalmente pudimos disfrutar de l'esmorzaret, con papes, olives, bocata, vi i casera, birra i pacharan. Después de dar rienda suelta a los primeros impulsos etílico-gastronomicos, de sufrir a los 'freakies' locales y de comprobar (la organización de nuevo) que aún quedaba algo de dinero, siguió la fiesta en uno de esos hoteles multiusos de carretera, reflejo de un pasado glorioso, un presente incierto y decadente y un futuro inexistente.

A partir de aquí, se inició una vorágine que paso a resumir brevemente: microbotellón, comida (torrada de carne), copas y cantos populares, inicio del botellón, capea de becerras (criadas y soltadas por brasileños), revolcones varios en la arena (Chad y 'Finito de Toluca' pueden dar buena cuenta de ello). En ese momento, servidor inició su hábil estrategia, una variante francesa de la conocida como 14-15, para abandonar (aprovechando la pausa posterior al 2º toro? de la tarde) la despedida y regresar a casa (antes de lo previsto), para obtener así (no escatimando lisonjas) el beneplácito de su 'rebonica' (que paciencia tienes querida) y el consiguiente 'pase pernocta' para asistir a los actos que aún estaban por llegar. Las malas lenguas cuentan que durante las horas que quien suscribe abandonó a sus compañeros, siguió la capea y se produjo un presunto intento de descalabramiento cerebral del Capi (quien si no?) que a punto estuvo de poner fin de maner prematura a la despedida.

Como el hombre es el único animal que tropieza por lo menos 2 veces en la misma piedra y como el organizador a esas horas no era ni hombre ni animal ni casi persona, la comitiva nocturna arrancó con otra hora (por lo menos) de retraso. En esta ocasión, el nucleo duro del equipo (oséase, los veteranos) y algún que otro repetidor de la sesión matutina, enfilaron el camino de la cena, que se sirvió en una 'reputadísima casa de comidas' de las afueras de Valencia. Supongo que el hecho de haber pagado por adelantado parte del 'banquete' fue lo único que garantizó que nos fuera servido. A ritmo endiablado de samba y cantos transilvanos, las diligentes y políglotas camareras fueron depositando en la mesa todo tipo de viandas (tapeo variado) y unas bandejas de (sí otra vez) carne torrà. Después, copa, espectáculo (un '10' para Vélez, cómo se lo pasó este hombre... yo creo que no vuelve a México), sorteo que no tocó, golosinas varias y de nuevo al autobús (más botellón- el tercero por lo menos de la jornada) para regresar a Valencia, donde continuaba una Fiesta que, quien os habla, abandonó ya defenitivamente. Desgastado por los embites de la jornada, decidí descolgarme del equipo, no sin antes desear suerte al resto de los compañeros que, en esos momentos, buscaban infructuosamente al organizador del evento.... Me dicen que al final lo encontraron.... Colorín, colorado...


PD: Ha muerto Chema, el panadero de 'Barrio Sésamo' y marido en la vida real de 'Espinete' (es decir de la actriz que hacía de...). En mi caso, la edad es la edad, el programa me pilló ya tarde. Viví la última etapa de 'Los Chiripitifláuticos' y me crié sobretodo con 'La Casa del Reloj' y 'Un globo, dos globos, tres globos', pero un tocayo es un tocayo y si consiguió divertir a los niños sin propasarse con ellos, ya merece un respeto. Descanse en paz, Juan Ramón Sánchez Guinot (que así se llamaba).

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