lunes, 17 de agosto de 2009

Lo prometido es deuda

Lo malo de según que promesas es tener que cumplirlas. Lo bueno, la satisfacción de haberlo hecho. Poco se pensaba en el buen amigo, excelente penaguilero y mejor perico, Ximo, la que se iba a liar cuando propagó a los 4 vientos que si l'Espanyol salvava el pellejo (es decir la categoría) se encargaría de restaurar la cruz que domina la montaña del pueblo y que las últimas tormentas de primavera habían dañado. Por empatía blanquiazul, me tocó también suscribir la mencionada promesa que al final ha tenido que hacerse realidad.

Afortunadamente, se unieron a la causa un buen número de voluntarios que nada tenían que ver con nuestros colores pero sí con esta iniciativa solidaria. Así que ayer, de buena mañana una primera avanzadilla procedió a retirar los palos de la nueva cruz, ni más ni menos que dos postes telefónicos de casi 8 metros de longitud cada uno.


El buenhacer, los conocimientos y la disponibilidad de material de varios de los presentes permitió en unas horas lo que ni el buen Ximo ni yo hubiéramos conseguido en un mes. Conceptos como "contratuerca para hacer el extractor" se incorporaron de repente a mi vocabulario y el de tantos otros como el Javier, el cura, quien no daba crédito al ver que entre la veintena de presentes no se encontrara casi ninguno de sus habituales parroquianos. De hecho ignoraba que la restauración que se iba a llevar a cabo respondiera más a votos futbolísticos que religiosos. Pero fuera cual fuera la fe que cada uno profesara, lo que estaba claro es que una cruz y las ganas de hacer algo útil y duradero por Penáguila habían unido ese domingo de agosto a un grupo de personas, muchas de las cuales no tenían hasta entonces nada en común, en muchos casos no habían intercambiado jamás una palabras e incluso algunos ni se conocían.


Una vez estampados nuestros nombres en el mástil principal (recordatorio a Dani Jarque incluído) se iniciaba la etapa más dura, subir la cruz hasta la montaña. Nuestro 'via crucis' particular incluía 800 metros de recorrido abrupto, salvando desniveles, zarzas y aliagas, cargando con los 2 maderos, cuerdas y herramientas hasta llegar al promontorio que domina el pueblo. Una gesta que está recogida en abundantes reportajes fotográficos.


El camino fue duro pero la excelente organización de unos y otros nos permitó alcanzar el objetivo sin sufrir más daños que los consiguientes arañazos y quemaduras de sol. Procedimos entonces a retirar la anterior cruz, colocada hacía más de 30 años por otro grupo de valientes entre los que se encontraba mi suegro y a sustituirla por la nueva con un movimiento de colocación que recordó al de los soldados norteamericanos en Iwo Jima.
Coincidencia o no, en el momento de alzarla, empezaron a repicar las campanas de Penáguila. Aprovechamos para tomar las fotos de rigor e iniciar el camino de descenso al 'poble', donde nos esperaban nuestras familias y un buen 'esmorzarot' que terminó en melopea.


Gracias en mi nombre y en el de Ximo a todos por vuestra colaboración, por hacer que cuando estemos en Penáguila y levantemos la vista al cielo, allá en el horizonte veamos nuestra obra acabada y podamos decir a nuestros hijos: "Veis esa cruz?... pues la plantó vuestro padre y un buen grupo de amigos una calurosa mañana de agosto de 2009". Gracias Ximo, Javi, Diego, José Carlos, Toni el Gat, Campana, Javier, Quique, Maika, Carmelo, Sento, Pablo, Toni, Quino, Trejo, els Barrachina, Jordi, Jorge, Juan Alberto y demás que vinistéis después a darnos vuestro apoyo.


Y cómo lo prometido es deuda, tal y como anuncié antes de mis vacaciones de verano, la familia bloguera se ha ampliado con nuevos enlaces. Disfrutad!

domingo, 9 de agosto de 2009

Hasta siempre Dani! Hasta siempre Capitán!






DANIEL JARQUE GONZALEZ (01/01/1983 - 08/08/09)

Nunca volarás solo! Muchas gracias capitán! Siempre te llevaremos en el corazón!

martes, 4 de agosto de 2009

Hogar, dulce hogar

En 1997 fuimos desalojados y la que había sido nuestra casa desde 1923 acabó siendo demolida un año después. Lo definieron como 'oportunidad única', 'única opción' o 'pelotazo urbanístico' y sin embargo, en realidad, la decisión de destruir nuestro hogar casi significa nuestra ruina. El viejo estadio de la carretera de Sarrià no sólo fue el escenario de mis mejores fines de semana de niñez y adolescencia, no sólo fue el lugar donde comenzó mi idilio con los colores blanco y azul. Fue también el escenario clave del desenlace del mundial del 82, la 'bombonera' donde se pudo ver en acción a las tres mejores selecciones del mundo: Argentina, Brasil e Italia y el lugar donde se forjó el mágico sueño de la UEFA de 1988.
Empezó entonces el exilio forzoso y forzado a la montaña de Montjuic, a un estadio que siempre sería el Olímpico pero nunca el nuestro. A un lugar frío y desangelado. Así han transcurrido los años hasta que este domingo, volvimos a casa, a nuestra nueva casa. Cornellà-El Prat sorprende desde el momento en que entras en él y lo digo con conocimiento de causa aunque no estuve el domingo allí durante la inauguración oficial. Gracias al buen amigo Cordills tuve la oportunidad de visitarlo en mi último día de vacaciones y las sensaciones fueron tan increibles como las que imagino experimentaría Luis García al pasar a la historia por ser el primer jugador de l'Espanyol en marcar en nuestro nuevo hogar. Si es que, como en casa, en ningún sitio.


PD: Hablando de hogares, hoy he tenido la oportunidad de conocer a Lino, un portugués afincado en España, cuya casa es la calle, donde obtiene lo que necesita para poder costearse las cervezas que le permitirán dormir calentito en cualquier rincón mientras nosotros descansamos en nuestras camas. Un tipo interesante, un superviviente, con una vida a cuestas merecedora de ser escuchada con más calma. Obrigado 'Portu' por compartir tus experiencias esta noche conmigo y con el amigo Manolo (en la segunda parte y definitiva de las mudanzas) y mucha, mucha suerte!!!!