lunes, 31 de marzo de 2008

El record de l'oblit (y 3)

¿Cuánto pesa una vida?. ¿Os habéis detenido a pensarlo alguna vez?. Solemos hablar de duración (breves, largas, de tales o cuales años), de su valor (las que no valen nada, las impagables), de sus características (intachables, indeseables), etc, etc... pero y su peso?... En 2003, el cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, intentaba responder a esta pregunta. Los 21 gramos que daban título a su film se referían al supuesto peso que pierde un cuerpo al morir y que correspondería al del alma que abandona el cuerpo. Esa cifra, nunca demostrada aunque elevada a la categoría de leyenda urbana, de ser cierta se referirían al espíritu pero no a la vida... Una noche de hace dos años, vagando por las calles de Valencia, me apoderé de una vida ajena ... alguien la había abandonado en un contenedor, con alevosía y nocturnidad. Aunque ahora está en mi casa, rescatada del olvido, en realidad no sé aún a quien pertenece, ni si me esperaba. Esa vida recuperada pesa 1,663 quilos


La componen cerca de 200 fotos, los recuerdos de una familia, desde 1917 hasta el siglo XXI, las vidas de dos hermanos, sus recuerdos, experiencias y alegrías. Bautizos, escuela, mili, bodas, nacimientos, paellas y comidas familiares, vacaciones, el primer coche, el primer nieto,... y así sucesivamente, todo recogido en un único álbum, mínimamente ordenado y que acabó primero abandonado en la calle y después de manera inesperada en mis manos. Quisiera devolverlo pero no sé ni como ni a quien. Mientrastanto continuo con esas vidas ajenas en mi poder, las vidas de otros, de personas a quienes no conozco, de desconocidos cuyos nombres ignoro.



Poco texto acompaña a las instantáneas (algunas de ellas tomadas en los mejores estudios fotográficos de la Valencia de inicios del siglo XX), sólo pequeñas dedicatorias dan una pequeña psita: la comunión de Mari Cebriá, una foto dedicada a la familia Vicent de dos niñas: Lolita y Ana Maria que ahora tienen, tendrán o tendrían 58 y/o 56 años, ..... Recuperar vidas de este modo no entraba en mis cálculos, porque ya hay otros con mayor experiencia, así que si alguien me quiere ayudar a devolvérlas, ya sabe donde estoy.....




Todo esto da que pensar....sobretodo cuando posemos para la próxima fotografía... porque nunca se sabe donde irá a parar. Si mis sucesores siguen el método del olvido... van a tener que llenar el contenedor, si optan, como un servidor, por el recuerdo, deberán ampliar la casa. Pese a quien pese, y pese lo que pese, lo que está claro es que la vida hay que disfrutarla. Carpe Diem!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Brother, felicidades por esta tercera parte de "El record de l'oblit (y 3)". Me ha llegado, de verdad. Qué observación, qué reflexión... Muy bueno. SERGIO

Jose dijo...

Chema tio escribe un libro se da bien esto de escribir por lo q veo......Pon ALcoyania de una vez¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Pufy Pufy jejeje

Mañana Me voy de chinitas¡¡ a la hasta mas ver¡¡

Anónimo dijo...

si es per mantindre el record de l'olblit: AMPLIEM LA CASA!!